Que lo imposible se haga realidad
Hace poco más de dos semanas Gabriel Boric se imponía a la candidatura de derecha, con una aplastante victoria electoral. Culminaba así una movilización política y electoral no vista en muchos años de la era post dictatorial. Con la participación entusiasta de mujeres, jóvenes y adultos, decenas de miles de militantes, ex militantes, personas apartidistas y del mundo social,se desplegaron por todos los espacios físicos y virtuales de nuestro país. ¿Y, cómo no explicamos esto? Algunos lo piensan por el temor a una candidatura en extremos conservadora que pretendía retrotraer la historia.
Otros creemos, más bien, que esta amplia respuesta expresó la vigencia de los anhelos de cambio presentes en la población, eso que de manera tan amplia se expresa en la palabra esperanza. Es decir, los deseos y sueños que habitan hace mucho en nuestras conciencias y se plasman en una poderosa fuerza moral. Fuerza moral que por cierto, los dueños del poder y la riqueza no logran comprender. Y, como era de esperar, hoy y en los días venideros se enfrentarán en pugnas y contradicciones
intentando reparar las fracturas de sus proyectos políticos.
Pero, ¿qué viene ahora? No es novedad que para un gobierno transformador las condiciones económicas y políticas serán muy adversas. Lo fundamental a tomar en cuenta y no olvidar, es que el nuevo escenario se desarrollará en paralelo al proceso constituyente y la promulgación de la nueva constitución, que aunque no tiene efectos inmediatos si fundará las bases que definen la construcción de un nuevo país. Entonces, hay que seguir avanzando en la construcción participativa de las normas constitucionales, que lo sustancial será desmontar el sistema neoliberal, el estado subsidiario, definir las bases de un sistema político más democrático y participativo, establecer los derechos fundamentales de la sociedad y garantizar un desarrollo que respete la naturaleza y disponga sus bienes naturales al servicio de toda la sociedad.
El nuevo gobierno, necesitará dar muestras claras de su compromiso por iniciar las transformaciones y cumplir sus compromisos de campaña. Se comprende que esta labor no será fácil. Pero lo decisivo, y lo que hará la diferencia, es que sea trasparente para comunicar las dificultades. Y, de cara al pueblo, sea capaz de
convocar a la participación popular en las decisiones que será necesario impulsar. Un gobierno, que no solo preste apoyo a la labor constituyente, dentro y fuera de la convención, sino que también se disponga a impulsar las decisiones que de ella emanen.
Lo logrado el domingo 19 marca un nuevo hito en la larga marcha por una sociedad más justa. No nos quedemos en eso, y sigamos haciendo historia desde nuestros
espacios, conversando y organizando, informándonos y difundiendo los temas y debates, levantando y canalizando nuestras opiniones. Que palabra y acción sean la base de las próximas movilizaciones que nos convoquen.
El Viejo Topo – Enero 2022
