¿Reforma o revolución?

A lo largo de la historia los movimientos emancipatorios se han visto enfrentados a ese dilema: ¿Reforma o revolución?

La explotación económica y la dominación cultural impulsan a las clases dominadas a resistir y a luchar por los cambios. Esta situación, a veces urgente, empuja a algunos a buscar soluciones rápidas, que de alguna manera mitiguen esas agresiones. El reformismo, en último término plantea “es lo que hay”, que también se denomina
status quo. Este concepto señala la imposibilidad de realizar cambios estructurales que permitan construir una sociedad diferente. Por otra parte esta el concepto de Revolución, palabra estigmatizada por todos los poderes fácticos. Pero la Revolución no significa ríos de sangre ni incendiar el país. La Revolución es un proyecto de sociedad en la cual todas/os los ciudadanos tienen la posibilidad efectiva de participar en la legislación, en el gobierno, en la justicia, en suma, en la institución de la sociedad. Esto presupone cambios radicales en las instituciones actuales. El
sistema nos dice “Si se oponen a nosotros, organicen un partido, ganen las elecciones y tomen el Estado.”

Si no pueden organicen un ejército y derrótennos y tomen el control”. Partidos políticos y ejército son las herramientas del sistema capitalista para dominar. Si aceptamos esa invitación, habremos perdido antes de comenzar. Nuestras herramientas son asimétricas a aquellas. Son la horizontalidad, la democracia directa y la ética. Es la construcción de instituciones bajo esos principios. Desde abajo y a la izquierda.