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LA CONSTITUCIÓN COMO VENTANA PARA UN SISTEMA CARCELARIO MÁS HUMANITARIO

Docentes de la Universidad de Valparaíso y de la Universidad Central de Santiago, en Septiembre de 2020, reflexionaron sobre la dignidad humana y el encarcelamiento masivo, a partir de un curso abierto, transmitido en vivo por Facebook: “La Constitución que queremos: ideas para una nueva constitución para Chile”, organizado por el departamento de Derecho Público de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso.

En dicha instancia Nicole Selamé, docente de la Universidad de Valparaíso y Silvio Cuneo, docente de la Universidad Central hacen un llamado a repensar el problema de la prisión y la importancia que tendría una eventual nueva constitución en el mejoramiento del sistema carcelario para otorgarle un carácter más humanitario.

Nicole Selamé, señala: “queremos mostrar la idea de que la constitución puede ser una ventana para que logremos tener menos gente en la cárcel y un sistema carcelario mucho más humanitario. Es importante repensar el problema de la cárcel y de las penas privativas de la libertad a la luz de la dignidad humana. De cara al proceso constituyente, pensamos la constitución como una herramienta que nos permita poner límites al poder punitivo del estado, y que ésta debe existir para proteger a las personas y para garantizar y tutelar sus derechos, y en este sentido es importante para eso limitar el aparato penal, ya que una de las vulneraciones más graves de derechos humanos se produce hoy en las prisiones”.

La profesional añade: “La pena es una institución jurídica, pero es difícil compatibilizar

la forma de ejecución con una idea de derecho. La cárcel parece un espacio de no derecho, donde manda la ambigüedad, la brutalidad y la ley del más fuerte, y el problema es que cada día alberga a más personas, y no solo las priva de su libertad, sino que también de otros derechos, como seguridad, salud y vida sexual. Estamos conscientes de que una constitución no va a ser suficiente para cambiar la realidad, pero tiene una enorme fuerza normativa y performativa. Lo que digamos en la constitución va a ser importante para regular las penas y su ejecución. En plena era del encarcelamiento masivo, consideramos que la nueva constitución debe ser una carta de límites al poder estatal y al poder punitivo, y que reconozca en los ciudadanos la condición de personas con dignidad de derechos”.

La docente, Nicole Selamé, continúa destacando que: “El nivel de encarcelamiento se relaciona con la percepción de inseguridad, y aunque ésta no coincide con la realidad,

si existe una base en ella. No queremos decir que el delito sea un problema inventado, pero se percibe como muchísimo más grave de lo que en realidad es, lo que viene dado, en parte, por la explotación del delito en los medios de comunicación masiva, que significa que el aparato político dé respuestas que satisfagan a la ciudadanía, dejando de escuchar a los expertos sobre cómo manejar el delito y sus causas, y responda a las demandas con endurecimiento de leyes penales, que hace que los sectores políticos pidan más cárcel y mayor duración de las penas. Si se endurecen y alargan las penas, va a existir un mayor número de presos, que será más costoso para el aparato punitivo, con mayor hacinamiento y vulneración de derechos. La cárcel no es solución y produce efectos criminógenos, que significa que la gente que entra a la cárcel es más probable que vuelva a delinquir que la que no pasa por la cárcel, y tenemos mayor índice de reincidencia y aún más presos. La forma como estamos haciéndonos cargo del delito es ineficiente”

 Silvio Cuneo, docente de la Universidad Central, añadió respecto a la idea de que la nueva constitución tiene que ser también una constitución de límites al poder punitivo, “porque la historia de la delincuencia es nada en comparación a la historia de los castigos.

Si los delincuentes hacen algún daño, éste es insignificante en comparación al daño que pude hacer el poder punitivo. ¿En Chile cuándo se ha hecho más daño? Cuando el poder punitivo torturaba, mataba, ejecutaba, hacía desaparecer a las personas, y lo mismo podemos decir del fascismo y del nazismo. Tenemos siempre que protegernos del poder punitivo porque es peligroso para los derechos y las garantías de las personas”.

Y agrega: “La política del encarcelamiento masivo es una política inhumana, y eso es lo que la hace más criticable, pero aparte es inútil e ineficiente. Como dice el Ministerio del Interior británico, el encarcelamiento es una forma de hacer que la gente mala salga peor”. Luego subrayó: “Siempre es bueno recordar que no porque las cosas sean de una forma significa que tengan que ser así. La esclavitud, el trabajo infantil y el maltrato a la mujer son fenómenos que siguen existiendo, y no por eso nosotros los vamos a legitimar, y el encarcelamiento masivo también”.

 Silvio Cuneo, cerró la alocución señalando: “En Chile debiéramos tener fresca la memoria de los derechos humanos, porque vivimos hace poco una dictadura, y a propósito del estallido social recibimos muchas denuncias de violaciones a derechos humanos. Ante ello tenemos que denunciar y detener las violaciones sistemáticas que siguen ocurriendo, y un espacio donde se violan sistemáticamente los derechos humanos son las cárceles. El encarcelamiento masivo, que trae consigo hacinamiento carcelario, significa un depósito de pobres que estamos masacrando día tras día. No es verdad eso de que la cárcel es un sistema de gestión de delincuencia, porque lo único que hace es gestionar pobreza”.

 

Gloria Kifafi – Julio 2021

JAO Comunicaciones
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