La convención bajo ataque ¿Y como la defendemos?
Que desde su instalación la Constituyente ha sido sometida a un asedio de la derecha por todos sus medios ya lo sabemos. Sólo se trata de las nuevas formas que adopta el rechazo, que desesperadamente maniobra para que todo siga igual. Ahora ya próximos a terminar la fase de elaboración del reglamento esta ofensiva se ha intensificado.
En gran medida ello se ha favorecido durante este tiempo por lo complejo y abstracto que resulta el tema reglamentario. Y, también, no podemos desconocer el impacto negativo que ha producido las torpes maniobras de la Lista del Pueblo y el fraude de un convencional relevante como lo fue Rodrigo Rojas Vade. Ante esto, a todos nos convoca la necesidad de defender la Convención. Sin embargo, no siempre es claro el cómo hacer esta defensa.
Quizás lo primero es precisamente superar una actitud defensista. Las mentiras que promueven el gobierno y la prensa de los poderosos no pueden encerrarnos en una dinámica contestataria. Por el contrario, la mejor respuesta ante los ataques es seguir avanzando en el camino constituyente y mostrar cada logro que se va conquistando para desmontar la maquinaria neoliberal.
También es necesario comprender que la ofensiva reaccionaria continuará e incluso habrá momentos de mayor algidez cuando los contenidos en deliberación y acuerdo afecten los enclaves que fundó la Constitución que dejamos atrás. Y será esencial la capacidad de evidenciar lo que la palabrería con que tratarán de ocultar sus mezquinos intereses.
Será esencial, la capacidad que tengamos para vincular las necesidades y demandas más sentidas por la población con los contenidos que deberán quedar expresados en la nueva Constitución, no como una solución inmediata sino de cómo ello abre camino para generar las leyes y medidas transformadoras que se hagan cargo de estas demandas.
Aunque menos evidente pero de mucha importancia será la capacidad que tenga la convención y sus integrantes para acordar con mayoría significativa los nuevos contenidos. Trabajar en este proceso para aislar a la derecha, ampliar acuerdos con sectores más amplios y, construir un sólido núcleo de pensamiento y confianza política con los sectores de base social y popular.
Y, lo más importante, la convención y el proceso constituyente se fortalecen con una participación popular activa desde los territorios y movimientos sociales, cuestión que nos compete directamente a todos y cada uno de nosotros a informar, conversar, escuchar, impulsar activamente pequeños debates o grandes asambleas para incorporar a este proceso a nuestros vecinos y barrios.
Se cierra la etapa de lo reglamentario. Se abre ahora ya, la disputa por los contenidos que darán forma al nuevo Chile basado en una nueva Constitución, democrática, solidaria y plurinacional.
Topo Utópico
Octubre 2021
