JAO, organización territorial independiente, con su mirada política, económica y social respecto de lo que acontece en el país, no puede evitar opinar sobre la sociedad en su conjunto, frente a cualquier acontecimiento importante que se presente en el día a día.
Junto a otras organizaciones territoriales como MSR, LAU, WAF, nos preocupa que actualmente la generación joven, se siente muy afectada. Perdieron la paciencia de ver una sociedad quebrantada, empobrecida, doliente, frustrada, afectada en malos salarios, en cesantía en grado de catástrofe, y, con hospitales, postas, sin insumos básicos elementales. Y COMO SI FUERA POCO, ENFRENTANDO DE MUY MALA MANERA UNA PANDEMIA, EL CORONA VIRUS. ¡No hay donde dar vuelta la cara!
Pero lo más terrible de todo esto, lo constituyen la gran mayoría de jóvenes presos, heridos, con pérdidas de visión, hombres y mujeres violadas, etc., porque en eso el gobierno se ha preocupado, y lo ha hecho bien. Ha preparado contingentes de fuerzas especiales, hombres y mujeres, entrenados para realizar todo tipo de apremios humanos y psicológicos sin escatimar golpes, heridas, vejaciones, humillaciones. Estos contingentes de fuerzas especiales son las que proveen a las cárceles de nuestro país, de gran cantidad de jóvenes, hombres y mujeres.
Nos atrevemos a pensar, que todo el mundo conoce el estado de putrefacción en que se encuentran los establecimientos carcelarios de hombres en Chile. Porque en Cárcel de mujeres se encuentra aún la Hermana Nelly, que, por su opción de vida, ayuda a la mujer que sufre, y dentro de sus limitados ingresos que logra en arcas fiscales, imprime un sello de humanidad a las mujeres presas. Pero existen grupos importantes de hombres y mujeres que a través de diversas acciones logran conformar sistemas de ayuda a los presos. Toda esta labor es importante, en lo humano, a los presos les hace muy bien constatar que afuera aparte de su familia, existe un voluntariado que se preocupa por ellos; esto, independiente que la putrefacción de las cárceles de hombres, permanece en el tiempo. Y aun cuando no resiste mayor número de presos, siguen ingresando más personas.
Ahora bien: para salir de la mirada tan oscura, podemos constatar que, a pesar de cuanto nos afecta el dolor de los presos, se cumple un mandamiento universal: “estuve preso, y me fuiste a ver”. JAO se está integrando a un grupo de otras organizaciones territoriales, donde ha prendido esta preocupación y estamos realizando gestiones, en apoyo de penal STGO 1, en donde conviven alrededor de 30 presos políticos. Estamos partiendo con una rifa, para ir en ayuda de pequeñas cajas de alimentos, con preocupación del valor nutritivo de lo que se coloca en las cajas, que en parte ayude a paliar el comer comida mal preparada y sucia del penal. Luego, nos abocaremos a ropa de invierno y otros. Nos preocupa algún tipo de contacto con la familia, y los contactos que se puedan establecer respecto de profesionales de atención psicológica y otros, de igual manera, un conocimiento de su proceso judicial, hasta donde sea posible indagar, y que no los perjudique.
En relación a casos de relevancia (todos lo son) podemos decir lo siguiente:
1°.- (omitiendo nombre) N.N., es un joven de 20 años, estudiante universitario, acusado de armar bombas molotov, cuando?…, donde?…. si solo marchó en protesta., sufrió
seguimiento por largo tiempo, fue detenido en su casa a comienzo del 2020, le negaron cambio a medida cautelar de arresto domiciliario, le negaron juicio abreviado, le negaron entrega de grabaciones de audiencia necesaria para sostener defensa, y esto constituye un acostumbrado procedimiento. Afortunadamente en Febrero de este año, fue absuelto de todo, y logró su libertad. Pero ¿quién le devuelve el tiempo privado de libertad, y daño moral a él y a la familia?
2°.- Cristian Cayupan Queipul, 28 años. Este joven parte en contra en su detención, con el apellido mapuche. Detenido en Octubre de 2019, acusado de atropellar a funcionaria de la PDI.
Lo que dice Cayupan: iba manejando su vehículo, se encuentra con estallido social, se encuentra de frente con fuerzas policiales, quienes descargan más de 15 impactos de bala a su vehículo, siente que recibe impactos de bala en su cuerpo, debe huir y al hacerlo, atropella a una persona, que resultó ser funcionaria de la PDI.
Producto del ataque, Cayupan herido de bala debe concurrir a hospital, pierde un riñón y parte de su hígado y colon. Apenas operado, fue derivado a la cárcel, y, en el post operatorio se le debe practicar una sepsis, vuelve al hospital a nueva cirugía. Y fue condenado por homicidio frustrado, le darán entre 15 a 20 años.
Las irregularidades del juicio: no considerar heridas de bala del joven, haberlo llevado preso y negar las pruebas balísticas del auto, además no acreditar heridas de bala de la funcionaria de PDI.
Aida Quinan – Abril 2021